“Con esta pieza Pérez Zúñiga confirma el personalísimo y excelente camino creativo que ya esbozaban sus anteriores novelas. El juego del mono es literatura en estado puro. Un libro para paladares no embrutecidos por el realismo periodístico o por el costumbrismo digital que se exalta en los espacios más frívolos de la actualidad cultural”. Juan Carlos Méndez Guédez, en El perseguidor, página 7.
Categoría: Crítica (Página 6 de 6)
«El artificio del personaje central de su nueva novela, El juego del mono, está tan bien hilado, tiene tal maestría anímica en el encuadre espacial, que cualquier secuencia surrealista, increíble a priori, se nos vuelve posible y verosímil.» Joaquín Pérez Azaústre en El gran Felton.
«El señor Iu Sanchis dice ser «un lector compulsivo, especialmente de novelas», y recientemente ha leído (yo también) El juego del mono, una excelente y turbadora novela de Ernesto Pérez Zúñiga (Alianza Ed.) ambientada en La Línea de la Concepción y en Gibraltar. El protagonista, un profesor de instituto llamado Montenegro, busca a una mujer por todas las coctelerías del Peñón, y nos da la lista, llena de nombres sugestivos: «Blue Parrot, Gargantúa, Old Classica, Smoked London, Pink Panther Club, Blue Girl’s Piano Bar, Dick Tracy Virgin’s, Dirty».
»Literatura que se queda, que te mancha la memoria con tinta de la que no se borra, literatura que empapa la vida y te produce secuelas benignas. Porque esta novela es de esas que no pasará de largo, volveremos a ella sin duda alguna para sumergirnos en una historia que todos habremos de vivir tarde o temprano.» Pedro Crenes Castro.
«La típica novela cabrona que obliga al lector a dejar algo de sí en ella; aquella que además de una historia deja un perfume, un aroma, un motivo para volver sobre sus páginas en busca de señales ocultas que de ser encontradas deberemos también desgranar, tamizar. (Una suerte de adictiva trampa mortal.) La novela de Zuñiga es una novela inteligente, infinita, escrita con la doble intención de provocar en el lector una reacción, un efecto, un cambio.»
«El escenario, La Línea, junto al peñón de Gibraltar, es perfecto para una novela de aventuras y acción. Y hay acción y aventura, y también hay literatura, porque Pérez Zúñiga sabe mucho –demasiado pensé la primera vez que lo leí– de literatura, pero sobre todo lo que hay tras El juego del mono es un escritor. Hay tan pocos escritores de verdad… en España no creo que lleguen ni a los veinte. Un escritor de verdad es, sencillamente, alguien que tiene algo propio y único que escribir o decir. Zúñiga lo tiene. Lo he leído o escuchado y he sentido un orgullo estúpido, apenas lo conozco, porque otro escritor, español como yo, que utiliza mi misma lengua, sea capaz de crear un juego que hipnotiza, y es verdad, con El juego de mono. Su última novela, con la piel verde y las tripas bien tensadas, es un lujo y placer para cualquier lector “con luz”, que diría él, un libro maduro y poderoso. En suma: excelente.» Javier Puebla.