Editorial Fundación José Manuel Lara. Colección Vandalia, 2014
El poemario de Ernesto Pérez Zúñiga, Siete caminos para Beatriz, parte del mundo mítico creado por Dante para proponer un recorrido de emociones radicalmente contemporáneo. Moviéndose, por lo tanto, entre lo clásico y lo moderno, las diversas secciones transitan por los tres estadios de la Divina Comedia: Infierno, Purgatorio y Paraíso, actualizados con las imágenes de nuestro siglo XXI.
I
Nel mezzo del cammin di nostra vita
muy dentro del estómago más dentro
en selva de neones
callejón de febrero
tu nombre en las paredes
tu nombre en los andenes
Soñando un vaso
un felino ha saltado en la botella
Picando hielo
he encontrado la puerta del infierno
Ya no voy a saber lo que me pasa
y no voy a saber cómo cruzarlo
el puente de la furia el cancerbero
Las botas militares
en el embarcadero
Hay alas afiladas
cruzando por los sueños
Ya no voy a saber lo que me pasa
Sobre el fondo del agua va tu voz
En el final del puente va la nada
Nel mezzo del cammin di nostra vita
muy dentro del estómago más lejos
en selva de relojes
callejón de febrero
tu nombre en las paredes
tu nombre en los andenes
II
Contra la noche contra la noche
un relámpago
en selva telarañas el camino
figura de Beatriz intermitente
bajo lámparas de neón estropeadas
telarañas en selvas el camino
un relámpago
contra la noche
Beatriz
contra la noche
Aúllan lobos que me guardan
brilla negra una piel en la espesura
los bares han volcado sus banquetas
y el serrín
que se apelmaza bajo el malabar
del barman
recoge
mis huellas
Ésta es la senda
ésta es la senda
contra la noche.
Contra la noche me hallé dando la espalda
al ángel que descansa en el interior de los timbres
a la lentitud de las sábanas
a la transformación de las esponjas
y necesité abandonar mi herencia
vagar por la cabeza del Diablo entre desiertas torres de marfil
Ésta es la selva ésta es la senda
contra la noche
Contra la noche sueño con tu rastro
aparto telarañas de las grutas
y rompo
escondidos los remansos
que reflejan tus ojos
Contra la noche vuelvo la mirada
hacia los barrios donde golpean los martillos
y saltan parabrisas
un coche bomba busca más lentamente aparcamiento
bidones de basura
arden
Hace tiempo que rebasé la entrada
Contra la noche avanzas tan deprisa
que siempre por tocar tu rostro
a solo una niebla de mí
a solo tinieblas de mí
contra la noche pasas tan deprisa
que siempre que extiendo mi mano
te mueves en la luz de los neones
y en el fondo de cada pensamiento
tiembla una figura entre las ramas
Contra la noche ven me dices
ésta es la selva dices
ésta es la senda dices
hace tiempo que rebasé la entrada
IV
Yo te escribo, Beatriz, cartas oscuras
silencios electrónicos
disparos de la noche que iluminan el bosque
perros de cacería
y tú entre géiseres
arbolados
cierva blanca
venteando el peligro que viejos condenados
avisan en sus potros de tortura
cierva blanca
que salta por el fuego
cuando un demonio quiere acariciarte
otro inmovilizarte con su garra lunar
o guardarte en su anillo.
Yo te escribo, Beatriz, cartas oscuras
en el visor de mis prismáticos
mientras desciendo círculos del valle
en el cráter de la isla de los muertos
allá arriba radiantes cordilleras que llaman Purgatorio
donde dicen que aludes de nieve te sepultan
y hacen pensar
la cierva blanca
tus pasos en las rocas rojas
me hacen pensar
mi cierva blanca
si un géiser del infierno te detiene
compruebas que te sigo como puedo
y sigues avanzando.
VII
En el paraíso
te voy a perder.
Miro los jardines,
rosales de estrellas,
te voy a perder.
Los dos de la mano
durante el desierto,
ciudad luminosa,
neones de fiesta,
te voy a perder.
Botellas de whisky,
ángeles desnudos.
Sobre los cristales
de la gran berlina
se reflejan rostros
tan maravillados.
Quisiera llevarte
al hotel dormido
lejos de las vírgenes
y las mansas fieras.
Tigres de Bengala
deleitan el tráfico.
Pasean jirafas
dentro del casino.
Quisiera llevarte,
callejón secreto.
Huyamos muy quietos
de este paraíso.
La noche se funde,
los taxis te llaman,
rosales de estrellas,
rosales de estrellas.
Y haberte logrado,
en el paraíso
te voy a perder.
Antes de la casa,
callejón secreto.
Sueños de frontera
suben los coyotes.
Quisiera abrazarte
en el purgatorio.
Prefiero seguirte
por todo el infierno.
Los dioses te buscan
y me dejan solo.
Se detuvo un coche.
“Es la gran berlina”.
Te abren la puerta
y me dejan solo.
En el paraíso
te voy a perder.