Categoría: Traducciones

You move in me like a wave

«Te mueves en mí como una marea que nos corrige». Poema perteneciente al libro Escala, antología poética de Ernesto Pérez Zúñiga, del poemario Lance 

Traducido al inglés por Ami Olen 

Publicado en World Literature Today

You move in me like a wave

You move in me like a wave swayed toward the star that corrects us
That corrects the shadow and fills it with light
It’s a full moon and a while ago it was Schubert’s music
that wraps you around my neck like a stole-score
In eyes I have Beethoven looking for you
in the ears of the avenues
Schumann in each toe
trying to walk on your music
Notes fall from the sky over the water
like the droplets of a vanishing word
The music of so much love in names

Living is an act of witnessing

I believe in other dimensions
I’ve seen them in tin cans
I’ve seen them in dark matter
I’ve seen them in the illusion of windows
when they reflect my face without you

Looking is an act of witnessing
And closing your eyes is the act of seeing

Sleeping is finding yourself in sea swells
and the transparent stillness of dreams

as if a feather
could
continue
falling
within
water

Dying is a town square
I sing and dance in the town square
The moon falls under our feet in the dance
We dance on the round mirror of death
We dance scratching the shining surface of not being

You move in me like a wave moves in you
Love is a Möbius strip
It pulls you back, returning like a boomerang

Te mueves en mi como una marea

Te mueves en mí como una marea que alienta hacia el astro que nos ​​​corrige
Que corrige la sombra y la llena de luz
Es luna llena y hace un rato fue la música de Schubert
quien te envuelve en mi cuello como una bufanda-partitura
En los ojos tengo a Beethoven buscándote
dentro del oído de las avenidas
Schumann en cada dedo de los pies
tratando de caminar sobre tu música
Las notas caen del cielo sobre el agua
como gotas de una palabra deshecha
La música de tanto amar que hay en los nombres

Vivir es un acto de presencia

Yo creo en otras dimensiones
Las he visto en las latas de conservas
Las he visto en la materia oscura
Las he visto en el espejismo de las ventanas
cuando reflejan mi rostro sin ti

Mirar es un acto de presencia
Y cerrar los ojos el acto de ver

Dormir es encontrarte en marejadas
y en la quietud transparente de los sueños

como si una pluma
pudiese
seguir
cayendo
dentro
del agua

Morir es una plaza mayor
Canto y bailo en la plaza mayor
Cae la luna bajo nuestros pies en el baile
Bailamos sobre el espejo redondo de la muerte
Bailamos rayando la pulida superficie del no ser

Te mueves en mí como una marea se mueve en ti
El amor es una cinta de Moebius
Te trae haciendo surf en bumerán

 

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Field at night

«Campo de noche». Poema perteneciente al libro Escala, antología poética de Ernesto Pérez Zúñiga, del poemario Siete caminos para Beatriz 

Traducido al inglés por Ami Olen 

Publicado en World Literature Today

Field at Night

On a night without you I descend into hell
streetlamps become enemies
Solitary I walk the salt mines
my footprints are salt
measuring fate salt
like the fires of Sodom
and in the middle of the burning street
in the market where the whole world’s for sale
tiny amulets with your name
seashells with your sound
mirror necklaces
from when you were close

And I invoke the power in its hiding place

A night without you becomes hell
sleeping thorns that awaken
and crowns of pain in my kingdom

I send the Black Host to find you:

They’ve seen the castle’s secrets
In the moon they found the scales
of a slippery crocodile
In the forest they found the hats
they later lost in battle
But they have not seen Beatrice
They have not seen Beatrice
They have not seen you no matter how they forced their gaze upward
and to the corners of the wilderness
and the shopwindows partitioning mountain caves

They have not seen you at night, in the night, or in lightless sites

And so I call on the most ancient sleeping powers
In stones
In grasses
In fox eyes
Sage turtle shell and dragon dens
The wolves’ hunted shelters

I invoke sound-asleep ancient powers,
on a night without you

 

Campo de noche

Una noche sin ti bajo al infierno
se vuelven enemigas las farolas
camino las salinas solitario
y las huellas son sal
mide el destino sal
como fueron los fuegos de Sodoma
y en plena calle en llamas
en el mercado donde se está vendiendo el mundo
pequeños amuletos con tu nombre
caracolas que tienen tu sonido
collares con espejos
de cuando estabas cerca

Y conjuro al poder en su escondite

Una noche sin ti hace un infierno
hace espinos dormidos que despiertan
y coronas de daño por mi reino

La Negra Hueste mando a rastrearte:

Han visto los secretos del castillo
Hallaron en la luna las escamas
de un cocodrilo escurridizo
Han hallado en el bosque los sombreros
que perdieron después de la batalla
Pero no han visto a Beatriz
No han visto a Beatriz
No te han visto por mucho que esforzaron la mirada en el aire
y en los rincones de las selvas
y en los escaparates que tabican las grutas de montaña

No te han visto de noche ni en la noche ni en los confines de sin luz

Por eso yo conjuro a los poderes más viejos y dormidos
En la piedra
En la hierba
En los ojos del zorro
Docto caparazón de la tortuga y madrigueras de dragón
Perseguidos refugios de los lobos

Voy conjurando viejos poderes muy dormidos
una noche sin ti

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Sette cammini per Beatrice

Publicado en la editorial Ensemble, 2021

Traducido por Edoardo Franchi

Sette cammini per Beatrice

Traducción al italiano de Siete caminos para Beatriz,  libro de poemas de Ernesto Pérez Zúñiga,  traducido al italiano por Edoardo Franchi.

 

I
Nel mezzo del cammin di nostra vita
assai dentro allo stomaco più dentro
in selva di lampioni
vicolo di febbraio
il nome tuo sul muro
il nome tuo sul suolo
Sognando un calice
un felino è saltato nel mio fiasco
Tritando ghiaccio
ho incontrato la porta dell’inferno
E io non saprò mai ciò che mi accade
e io non saprò come attraversarlo
il ponte della furia il cane Cerbero
Stivali militari
lì sull’imbarcadero
Ci sono ali affilate
che attraversano i sogni
E io non saprò mai ciò che mi accade
Va sul fondo dell’acqua la tua voce
Alla fine del ponte si apre il niente
Nel mezzo del cammin di nostra vita
assai dentro allo stomaco lontano
in selva di orologi
vicolo di febbraio il nome tuo sul muro
il nome tuo sul suolo.
I
Nel mezzo del cammin di nostra vita
muy dentro del estómago más dentro
en selva de neones
callejón de febrero
tu nombre en las paredes
tu nombre en los andenes
Soñando un vaso
un felino ha saltado en la botella
Picando hielo
he encontrado la puerta del infierno
Ya no voy a saber lo que me pasa
y no voy a saber cómo cruzarlo
el puente de la furia el cancerbero
Las botas militares
en el embarcadero
Hay alas afiladas
cruzando por los sueños
Ya no voy a saber lo que me pasa
Sobre el fondo del agua va tu voz
En el final del puente va la nada
Nel mezzo del cammin di nostra vita
muy dentro del estómago más lejos
en selva de relojes
callejón de febrerotu nombre en las paredes
tu nombre en los andenes

L’altro lato. El otro lado (testo spagnolo a fronte)

Publicado originalmente en la editorial Il volo di Esterina

Traducido por Claudio Fiorentini

L’ALTRO LATO
EL OTRO LADO

El otro lado es un recorrido de los últimos 20 años de la obra poética de Ernesto Pérez Zúñiga, una antología bilingüe publicada en Roma, escogida por el autor y traducida al italiano por Claudio Fiorentini.

 

L’amore è un disegno di Escher Siamo l’uno nell’altro
Dentro e fuori
Dal rovescio al dritto
L’adesso di ieri e il domani dell’adesso Tutto lo stesso dis-tempo
Tu in altra terra e in me
Io nella casa piena di te
con la continuità di una striscia di Moebius Attraverso le finestre delle torri
Attraverso l’orfanezza del corpo
e della caverna crescente della luna L’amore è una striscia di Moebius
un serpente tra i piedi
di fronte allo specchio
Una striscia scossa dal vento
da una dimensione all’altra
I tuoi occhi si addentrano nella mia sfera e la sfera si addentra nei tuoi occhi Come un disegno di Escher
El amor es un dibujo de Escher Estamos uno en el otro
Dentro y fuera
Del revés hacia el derecho
El ahora del ayer y el mañana del ahora Todo el mismo destiempo
Tú en otra tierra y en mí
Yo en la casa llena de ti
con la continuidad de una cinta de Moebius A través de las ventanas de las torres
A través de la orfandad del cuerpo
y de la caverna creciente de la Luna
El amor es una cinta de Moebius una serpiente entre los pies frente al espejo
Una cinta sacudida por el viento de una dimensión a otra
Tus ojos se adentran en mi esfera y la esfera se adentra en otros ojos Como un dibujo de Escher 

Écrit dans le miroir

Journal inouï d’Aix

LEER TEXTO EN ESPAÑOL AQUÍ

En déambulant dans les rues d’Aix, une ville provençale à l’architecture XVIIIe siècle, le narrateur entre dans les hôtels particuliers qui en jalonnent les rues et fait la rencontre surprenante des personnages qui ont pris part à l’histoire récente – ou moins récente – des lieux, comme Pétrarque et René Char, Goethe, mais aussi Cézanne et Zola, ainsi que Picasso, Darius Milhaud ou Giuseppe Tartini.

 Écrit dans le miroir

Pour Pauline de Bruny

Inouï : jamais entendu, ni par toi qui que tu sois, ni par moi, qui que je sois. L’identité est un tremblement dans le miroir.

 

Tout l’univers bouge par l’amour et par la mort.
Un homme s’éloigne avec son chien sur un chemin.
Une jeune fille court derrière un cycliste.
Des jeunes fument près d’une rivière des joints à la fumée bleue.
Une femme lit sous un arbre.
Les oiseaux s’envolent au passage du train.
Ce sont des actes presque simultanés, si on les contemple d’une fenêtre, à deux cents

kilomètres à l’heure, une fenêtre qui en même temps qu’elle reflète mon visage, me laisse regarder l’extérieur;

Ou le visage extasié, illuminé par le soleil, comme d’une sainte, d’une femme qui regarde le film du wagon tout en donnant le sein à son fils, en serrant le téton entre son index et son majeur en forme de ciseaux.

 

Il y a un an j’ai passé la Semaine Sainte dans un endroit qui ressemble beaucoup à celui que je contemple du train. Le Sud de la France et le Sud de l’Espagne, reflets l’un de l’autre. Les marais étaient réels, et une même odeur d’oiseau sur la mer. Nous nous sommes beaucoup battus lors de l’une de nos promenades sur le rivage. Je ne me souviens pas comment nous faisions l’amour mais nous le faisions. Nous lisions sur la terrasse. Sa peau sentait la crème à bronzer. Je la caressais pour lui trouver un sens au delà de sa condition de peau. Peut être ai-je pensé que nous ne vieillissions pas. Je l’aimais dans notre fragilité. Je promenais notre chien – mon chien maintenant, à moi tout seul – dans le bois, face à la mer. Si nette encore l’image qui pourrait être d’hier, avant de prendre ce train. La mémoire aussi contemple des actes simultanés, comme si entre temps rien d’important n’était arrivé. La réalité est comme un film qu’on peut monter, séquence après séquence, en éliminant ce qui ne brille pas suffisamment, en gardant tout ce qui est encore vivant.

 

Le bon Henri Mallejac m’accueille dans son hôtel de Ventabren. Henri est un homme fort de 75 ans. Il vient de Bretagne. Il a été instituteur. Les bois nous entourent en un labyrinthe. Les oiseaux nocturnes chantent, les grenouilles croassent. Je reçois des messages de cinq femmes à la fois, mais c’est comme si mon portable était un cimetière. J’écris dans la chambre d‘une femme qui est morte. Du calme, me demande-t-elle. L’amour n’est pas seulement l’affaire de vous les vivants

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Die Philosophie des Singens

Publicado originalmente en la editorial  Mairisch Verlag

Die Philosophie des Singens. Bettina Hesse (Hg.)

 

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Ernesto Pérez Zúñiga

Aus dem Spanischen von Maite Serrano

DER DAIMON  DES FLAMENCO

DIE QUELLE, DIE

MONTEVERDI SUCHTE

Man soll die Quelle nicht verschließen. Man muss sie hören können, sie zur Stimme und zu den Fingern führen. So hat man es im Flamenco immer gemacht. Im Patio 1 , in der Taverne, auf der Plaza, am Kaminfeuer, auf einsamen Spaziergängen, auf Festen und auf der Bühne. Man muss nur einen Gitarristen wie Pepe Habichuela spielen hören, um es zu begreifen. Der Kopf des Meisters beugt sich über die Gitarre. Die Finger nähern sich den Saiten. Dann Stille, und die Quelle beginnt zu tönen.

Die Quelle hat keine Partitur, die Alten haben sie aufgesogen und sie den Jungen weitergegeben. Wie Tongefäße sind die Palos 2 des Flamenco: Seguiriya, Soleá, Bulería oder Toná. Sie gehen von

Hand zu Hand. Man lernt sie nicht, (obwohl man viel üben muss), man lebt sie. Aber vor allem arbeitet man daran. Von Kindheit an. Die Arbeit zu spielen und zu singen, all die Rhythmen, die die Tage vorgeben. Und die Nacht ist dann offen, die Nacht hat keine Regeln.

Der Flamenco reagiert allergisch auf Unfreiheit. Er reagiert allergisch auf alles, was nicht im Moment wahr ist.

Die Flamencos wiederholen die ererbten Formen, um sie sich anzueignen. Die Tongefäße. Sie transformieren sich mit jeder Hand, jeder Stimme. Der weiche Ton dehnt sich, passt sich an das neue, singende Wesen an. Die Form vererbt sich, um etwas Neues zu werden: das ist das Ich des Künstlers, der es seinerseits weitergibt, an diejenigen, die noch kommen werden.

Der Flamenco kommt aus einer anderen Welt in die Finger: eine Welt, die im Handeln lebendig wird. Jeder Künstler gibt ihr seine Persönlichkeit in einem rhythmischen Magma aus dem Halbbewussten, und er gibt ihr eine Resonanz und neue Schöpfungskraft. Der Flamenco spürt nicht, wie Tag und Nacht vergehen. Darum dehnen sich die Konzerte bis zum Morgengrauen aus und kennen keinen Arbeitstag. Auch keine Noten. Weil Musik, die sich immer wiederholt, die man liest, todkrank machen kann. Wenn im Flamenco Strukturen wiederholt werden, kommen sie aus einer tiefen Erinnerung, aber gleichzeitig aus der persönlichen Erinnerung und von einem Ort, den die Griechen Muse nannten und den die Flamencos viel genauer als Duende bestimmt haben.

Der Flamenco ist eine Art zu leben und sich selbst zu begleiten. So wie der Gitarrist den Sänger begleitet, begleitet der Flamenco die Stunden des Künstlers (egal ob Profi oder nicht). Die, die in der Küche singen, bevor sie den Weizen mahlen. Die, die früher nachts in den Hinterhöfen sangen, sie alle tun es heute in einer Madrider Straße, wenn sie von irgendeinem Fest kommen. Man singt alleine oder mit der Familie, um zu feiern oder um das Leben meistern zu können.

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“Écrit dans le miroir”: la más reciente novela de Ernesto Pérez Zúñiga en francés

Jean Marie Desbois éditeur

– Jean Marie Desbois éditeur

«Écrit dans le miroir» se titula la más reciente novela de Ernesto Pérez Zúñiga publicada en francés, por Jean Marie Desbois éditeur. La obra se define como «un paseo onírico y el encuentro con los personajes de siglos pasados. Una escritura pura y fascinante / Une promenade onirique et la rencontre avec des personnages des siècles passés. Une écriture pure et envoûtante».

 

Dos manzanas

Relato perteneciente al libro Las botas de siete lenguas y otras maneras de morir.

Traducido al inglés Jonathan Blitzer

Fiction by Ernesto Pérez Zúñiga
Translated from Spanish by Jonathan Blitzer

 

You have to see him there on the streets of an old neighborhood in Madrid; you have to look for him, young and tanned, with an open white shirt, specked with some paltry design, a style out of fashion, and with his blue jeans, as he hurries along. You have to see him knowing that his name is Abdul Azad, that he is from Tangiers, and that his name, at this very moment, is rattling around in the head of someone else, who, two blocks from there, has laid a trap for him while Abdul walks along between hope and fear among the blurring colors that mottle the parked cars and filthy storefronts.

And try to imagine what we will never know for sure: what old grudge (since it did not stem from us) and what precise urgency are at the root of everything that is going to happen today, Sunday, within the next ten minutes, in apartment 3L, in the alleyway off 11 Ángel Street, where Rashid is holding a pistol in his right hand.

The only details we have at our disposal are these: 1. That Abdul Azad, nineteen years old, and Rashid Azad, twenty-eight, are brothers. 2. That the minutes pass leaving beads of sweat on their brows, which some time ago in a market in Tangiers were furrowed in tense disagreement. 3. That Abdul rounds the first block while Rashid carefully slides the magazine into the butt of the gun, his hands trembling. 4. That Abdul and Rashid are both thinking about the fate of Abdul. 5. That Rashid releases the safety on the pistol, which he places on the table, as Abdul makes his way past the final corner of the second block. 6. That ten minutes have passed.

With this information it will be much easier to be witnesses to the following events. We will see, with the blue clarity of an April Sunday, Abdul standing before the intercom of a closed doorway with a wooden door, its varnish scarred and pockmarked. And we’ll see that Abdul presses the metal button to ring apartment 3L, which prompts a buzz, followed by a pause, and then a voice.

Rashid tells him to come up, and the door opens. Abdul’s body feels the humidity of the hallway; his spirit, the shadow.

There is nothing to hear but a block of silence, penetrated by the faint clatter of Abdul’s steps as he climbs the wooden stairs to the first floor. The building does not have an elevator; what it does have, though, is a tremulous yellowish light, which it gives off once you press the switch on the landing. Abdul does.

There are still two floors to go. As if it were some faraway music, the foreign odor of a stew, which someone has seasoned with pork fat and soup bones, wafts over to him. We recognize the scent, the stew is familiar to us. While we busy ourselves thinking about where it is coming from, whetting our appetites, Abdul is arriving at the door of apartment 3L.

He looks at the painted door, brown and chipped; he fixes his gaze on the pagan symbol of Christ nailed to the center of a crucifix and set on a plaque on the doorframe where two names appear, those of the presumably deceased Don Antonio Jiménez Cuevas and his wife Doña Antonia.

But he’s more worried about finding out what’s happening on the other side of the door, inside a space that he does not know and which will shortly assume volume and shape before his eyes. He is trying to imagine (in vain) what fate lies in wait for him in one of the rooms once he takes a seat to speak with his brother.

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