Autor: Ernesto Pérez Zúñiga (Página 4 de 7)

Ernesto Pérez Zuñiga abrazando a uno de sus personajes, por Javier Puebla

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Publicado originalmente en Diario 16.

Las letras de neón rojo del Museo Chicote y el fotógrafo son los únicos testigos del abrazo entre Ernesto Pérez Zuñiga y uno de sus personajes.

-Hola.

Le saluda contento y efusivo, hablándole, diciéndole que sale en el libro, mientras le abraza. Y al separarse abre la novela y corretea sobre las 512 páginas que conforman la obra, hasta detenerse en un punto concreto.

-Mira, estás aquí.

Y señala las letras que forman el nombre del personaje, el nombre de la persona. El fotógrafo lo oye, pero no alcanza a memorizarlo, ¿Fernando o Francisco?.

Tendría que haberlo apuntado. Y al revisar las imágenes advierte que ni siquiera ha conseguido que la imagen captada por su cámara tuviera la precisión suficiente, pero se consuela pensando que quizá ese error sea un regalo del destino, porque una imagen movida está más viva que una quieta y congelada. Y lo que vio, presenció, era pura vida y fue bellísimo: El abrazo de un escritor a alguien a quien quiere y aprecia hasta el punto de mezclarlo con sus propios sueños, con sus personajes de ficción. Unn abrazo largo y cálido, un abrazo capaz de borrar el mundo, y por eso ni la persona hecha personaje ni el autor se percataron de su presencia ni del clic indiscreto de la cámara. Seguir leyendo

«Innovadora novela de formación»; sobre Escarcha en la Revista Mercurio

Crítica escrita por SANTOS SANZ VILLANUEVA y publicada en la Revista Mercurio.

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La novela de aprendizaje de la vida suele tener un tratamiento fuertemente intimista porque así se refleja bien el proceso educativo del personaje. Los autores suelen concentrarse en el sujeto imaginario y todo lo demás, el ambiente y el porvenir, ocupa un segundo lugar. Ernesto Pérez Zúñiga comparte en cierta medida esa perspectiva, pero también la modifica con singulares aportaciones. En efecto, el itinerario formativo del protagonista de Escarcha, Monte (diminutivo del apellido, Montenegro), ocupa el centro del libro con muy menudos detalles. El relato retrospectivo aporta generosas noticias de su alma atribulada y un diario del propio Monte desvela conflictos íntimos y traumáticas vivencias. Pero eso es solo una parte de la novela. Otra, de igual importancia, se fija en el marco histórico y social. Por otro lado, además, la anécdota no concluye al alcanzar el protagonista la madurez sino que se abre al futuro. Un largo pasaje final —que se nutre de lo visionario— emplazado en un hamán (baños árabes) añade un interrogante genérico, no ceñido a Monte, relativo al destino. Seguir leyendo

Pérez Zúñiga narra en «Escarcha» cómo se deshace la pureza infantil: EFE

Escrito por Carmen Sigüenza para EFE.

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Tras el éxito de «La fuga del maestro Tartini», premio Torrente Ballester, o «No Cantaremos en tierra de extraños», Ernesto Pérez Zúñiga vuelve con «Escarcha», una novela de iniciación, en la Granada de la Transición política, donde habla de cómo la pureza de los niños se extravía en el mundo de los adultos.

Una pureza, que, en opinión de Pérez Zúñiga (Madrid, 1971) «sirve como metáfora porque destroza también la pureza del desarrollo pleno del que será adulto», añade el autor a Efe.

En este sentido, y en muchos otros, «Escarcha», publicado por Galaxia Gutenberg es «una novela de catarsis, con muchas capas y temas; pero en un momento en el que salen a la luz temas como el maltrato o el abuso infantil, esta novela «puede ser un espejo para nuestra sociedad», precisa el narrador y poeta.

«Escarcha» tiene como protagonista a Manuel Montengro (Monte), un adolescente sensible, con alma de poeta que vive en Granada con la sensación de extravío desde su infancia, en medio de una familia con un abuelo héroe de guerra, un sargento republicano que participó en la liberación de París y quien le aporta reflexión y otro abuelo médico, del bando de los ganadores. Seguir leyendo

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