IV
Yo te escribo, Beatriz, cartas oscuras
silencios electrónicos
disparos de la noche que iluminan el bosque
perros de cacería
y tú entre géiseres
arbolados
cierva blanca
venteando el peligro que viejos condenados
avisan en sus potros de tortura
cierva blanca
que salta por el fuego
cuando un demonio quiere acariciarte
otro inmovilizarte con su garra lunar
o guardarte en su anillo.
Yo te escribo, Beatriz, cartas oscuras
en el visor de mis prismáticos
mientras desciendo círculos del valle
en el cráter de la isla de los muertos
allá arriba radiantes cordilleras que llaman Purgatorio
donde dicen que aludes de nieve te sepultan
y hacen pensar
la cierva blanca
tus pasos en las rocas rojas
me hacen pensar
mi cierva blanca
si un géiser del infierno te detiene
compruebas que te sigo como puedo
y sigues avanzando.
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