Categoría: Poesía (Página 1 de 3)

You move in me like a wave

«Te mueves en mí como una marea que nos corrige». Poema perteneciente al libro Escala, antología poética de Ernesto Pérez Zúñiga, del poemario Lance 

Traducido al inglés por Ami Olen 

Publicado en World Literature Today

You move in me like a wave

You move in me like a wave swayed toward the star that corrects us
That corrects the shadow and fills it with light
It’s a full moon and a while ago it was Schubert’s music
that wraps you around my neck like a stole-score
In eyes I have Beethoven looking for you
in the ears of the avenues
Schumann in each toe
trying to walk on your music
Notes fall from the sky over the water
like the droplets of a vanishing word
The music of so much love in names

Living is an act of witnessing

I believe in other dimensions
I’ve seen them in tin cans
I’ve seen them in dark matter
I’ve seen them in the illusion of windows
when they reflect my face without you

Looking is an act of witnessing
And closing your eyes is the act of seeing

Sleeping is finding yourself in sea swells
and the transparent stillness of dreams

as if a feather
could
continue
falling
within
water

Dying is a town square
I sing and dance in the town square
The moon falls under our feet in the dance
We dance on the round mirror of death
We dance scratching the shining surface of not being

You move in me like a wave moves in you
Love is a Möbius strip
It pulls you back, returning like a boomerang

Te mueves en mi como una marea

Te mueves en mí como una marea que alienta hacia el astro que nos ​​​corrige
Que corrige la sombra y la llena de luz
Es luna llena y hace un rato fue la música de Schubert
quien te envuelve en mi cuello como una bufanda-partitura
En los ojos tengo a Beethoven buscándote
dentro del oído de las avenidas
Schumann en cada dedo de los pies
tratando de caminar sobre tu música
Las notas caen del cielo sobre el agua
como gotas de una palabra deshecha
La música de tanto amar que hay en los nombres

Vivir es un acto de presencia

Yo creo en otras dimensiones
Las he visto en las latas de conservas
Las he visto en la materia oscura
Las he visto en el espejismo de las ventanas
cuando reflejan mi rostro sin ti

Mirar es un acto de presencia
Y cerrar los ojos el acto de ver

Dormir es encontrarte en marejadas
y en la quietud transparente de los sueños

como si una pluma
pudiese
seguir
cayendo
dentro
del agua

Morir es una plaza mayor
Canto y bailo en la plaza mayor
Cae la luna bajo nuestros pies en el baile
Bailamos sobre el espejo redondo de la muerte
Bailamos rayando la pulida superficie del no ser

Te mueves en mí como una marea se mueve en ti
El amor es una cinta de Moebius
Te trae haciendo surf en bumerán

 

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Field at night

«Campo de noche». Poema perteneciente al libro Escala, antología poética de Ernesto Pérez Zúñiga, del poemario Siete caminos para Beatriz 

Traducido al inglés por Ami Olen 

Publicado en World Literature Today

Field at Night

On a night without you I descend into hell
streetlamps become enemies
Solitary I walk the salt mines
my footprints are salt
measuring fate salt
like the fires of Sodom
and in the middle of the burning street
in the market where the whole world’s for sale
tiny amulets with your name
seashells with your sound
mirror necklaces
from when you were close

And I invoke the power in its hiding place

A night without you becomes hell
sleeping thorns that awaken
and crowns of pain in my kingdom

I send the Black Host to find you:

They’ve seen the castle’s secrets
In the moon they found the scales
of a slippery crocodile
In the forest they found the hats
they later lost in battle
But they have not seen Beatrice
They have not seen Beatrice
They have not seen you no matter how they forced their gaze upward
and to the corners of the wilderness
and the shopwindows partitioning mountain caves

They have not seen you at night, in the night, or in lightless sites

And so I call on the most ancient sleeping powers
In stones
In grasses
In fox eyes
Sage turtle shell and dragon dens
The wolves’ hunted shelters

I invoke sound-asleep ancient powers,
on a night without you

 

Campo de noche

Una noche sin ti bajo al infierno
se vuelven enemigas las farolas
camino las salinas solitario
y las huellas son sal
mide el destino sal
como fueron los fuegos de Sodoma
y en plena calle en llamas
en el mercado donde se está vendiendo el mundo
pequeños amuletos con tu nombre
caracolas que tienen tu sonido
collares con espejos
de cuando estabas cerca

Y conjuro al poder en su escondite

Una noche sin ti hace un infierno
hace espinos dormidos que despiertan
y coronas de daño por mi reino

La Negra Hueste mando a rastrearte:

Han visto los secretos del castillo
Hallaron en la luna las escamas
de un cocodrilo escurridizo
Han hallado en el bosque los sombreros
que perdieron después de la batalla
Pero no han visto a Beatriz
No han visto a Beatriz
No te han visto por mucho que esforzaron la mirada en el aire
y en los rincones de las selvas
y en los escaparates que tabican las grutas de montaña

No te han visto de noche ni en la noche ni en los confines de sin luz

Por eso yo conjuro a los poderes más viejos y dormidos
En la piedra
En la hierba
En los ojos del zorro
Docto caparazón de la tortuga y madrigueras de dragón
Perseguidos refugios de los lobos

Voy conjurando viejos poderes muy dormidos
una noche sin ti

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Brevísima poética

 

Un don muy concreto: el de convertir por primera vez en materia algo que estaba ausente, y cuya forma de presencia, repentina, emana fielmente de su impulso invisible.

 

Algo que estaba ausente o perdido desde el origen, algo que permanecía en los resquicios de lo evidente o al otro lado de la membrana de las apariencias.

 

Algo que destellaba  en la calle o en el confín de nuestro universo inconsciente o en el ojo del pájaro que se posa en nuestra ventana. Algo que echa a volar delante de nuestras narices todos los días y que el poeta sabe pescar al vuelo.

 

Pescar al vuelo. Pescar en el silencio. Pescar en el conocimiento inesperado del ser (que es uno y es otro y es el mismo ser multiplicado en una diversidad inagotable).

 

Y ser pescado también. El poeta es pescado por el poema. El poema obliga al poeta a escribirlo. Lo sienta, lo despierta, lo sacude. El poeta solo se sacude el picor del poema al escribirlo.

 

El poeta escribe novelas, compone música, pinta cuadros, fotografía, esculpe. No hay límite de géneros para el poeta. Solo cumple una condición: trae lo que no parecía existir antes de convertirlo en arte, y lo hace de tal manera que el resultado final no podía ser de otra forma. De hecho, esa forma es idéntica a la energía donde se depositaba aquel significado que esperaba ser descubierto.

 

Emoción o conciencia. Cada poema es un pequeño despertar para el poeta y para el lector de ese poema en concreto. 

 

El poema de palabras es un ser de la cabeza a los pies. Tiene rasgos únicos, personalidad, independencia, corazón, pensamiento, conciencia y alma. Le gusta (y es) una música determinada. Habla lo justo para morir en el intento de expresarse hasta el límite. Y, a la vez, sabe callar. Siempre se calla algo.

 

Gracias a ese silencio, surge un poema en cualquier otro lugar.

 

 

[Poema] «Anémona» de Ernesto Pérez Zúñiga

Los extraños nos van creciendo dentro.

Un cerco de silencio débil
los actos protegía de las manos.

Porque era la ventana de la rabia
donde peces araña mordían la impotencia.

Y un tobogán respira
y ríe y llora y grita
con el viento de un día
y otro y otro en la cara.

Hacia dónde.
A donde viva el mundo sumergido.

Hacia dónde.
En corriente las algas de todos los segundos
ya nos miran.

Hacia dónde.
Hacia la intensidad de seguir siendo.

Hasta perdernos quién
sabe quién por qué
cómo sabe en qué
cuándo en qué
curva submarina.

Ernesto Pérez Zúñiga en Calles para un pez luna (Visor, Madrid, 2002)

Poemas de Calles para un pez luna

calles

Carta flotante n.º 1

 Gotas lentas, sordas lentas,

quietas gotas, golpes raros

de tu nombre en mi tejado.

 

Tu mirada en cada esquina.

Un arder de callejones

es mi cama. Raros golpes.

 

Quietas gotas en mi boca,

gotas lentas. Si te llamo

una trampa es el pasado.

 

La mirada es sorda y lenta.

Cuánto fuiste. Te he perdido.

Yo soy mi peor castigo. Seguir leyendo

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